Lo que hasta no hace mucho tiempo podía parecer una ilusión o una fantasía propia de películas de ciencia ficción hoy es una realidad que puede observarse en los campos de toda la Argentina.
Los vehículos aéreos no tripulados (VANT), más conocidos como drones, son aeronaves que vuelan sin tripulación y pueden ser controladas a distancia por pilotos en tierra, mediante vuelos manuales, automáticos o, incluso, completamente autónomos. Estos equipos, que se sustentan en el aire, pueden incorporar cámaras fotográficas y de video de alta resolución, así como sistemas de pulverización equipados con la tecnología más avanzada disponible en el mercado.
Gracias a ellos, la tradicional recorrida de a pie por un lote para evaluar el estado del cultivo ahora puede realizarse de forma remota. Con cámaras de alta definición y datos georreferenciados, es posible recorrer con precisión superficies mucho mayores en menos tiempo.
Además, los drones permiten la detección de malezas, la estimación de rindes, el seguimiento de cultivos mediante imágenes multiespectrales (NDVI), la previsión de daños climáticos (heladas, granizo, viento) y la detección temprana de enfermedades y de insectos, entre otros beneficios.
Muchos de estos artefactos están equipados, entre otros, con Sistemas de Posicionamiento Global (GPS), con sensores infrarrojos, con cámaras de alta resolución y con radares.
Sin embargo, la verdadera revolución llegó con el drone pulverizador, que marca un antes y un después en la aplicación de agroquímicos. Esta tecnología permite realizar aplicaciones más eficientes, a la vez que reduce la cantidad de producto y de agua utilizada. También disminuye la exposición de los trabajadores rurales a estas sustancias.
El uso de drones pulverizadores está a punto de dar un salto significativo gracias al decreto 663/2024, que impulsa la desregulación aérea en zonas rurales. Esta normativa podría transformar la manera en la que los productores agropecuarios utilizan estas herramientas.
El decreto establece las bases para que la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) modifique la normativa vigente, permitiendo un uso más flexible y adaptado a las necesidades del sector agrícola. En áreas rurales, donde los drones son esenciales para tareas como pulverización, fertilización y monitoreo del suelo, la nueva categoría “abierta” exime de autorizaciones previas, lo que simplifica los procesos para los operadores. Esto no solo facilita el acceso a la tecnología, sino que también ahorra tiempo y reduce costos.
Innovación
La desregulación fomenta la innovación y abre la puerta a una mayor adopción de drones y de herramientas de inteligencia artificial en el agro, aunque siempre bajo un uso responsable. Resulta importante destacar que la medida no implica un cambio inmediato en las normas operativas, sino que establece un marco para futuras modificaciones.
Durante el período de transición, productores y operadores deberán seguir cumpliendo con la regulación actual, a la espera de que la ANAC comunique nuevas disposiciones.
En este contexto, el drone pulverizador se perfila como una herramienta clave para la modernización del campo, alineada con las políticas que buscan optimizar el uso de agroquímicos y reducir el impacto ambiental. Este avance normativo potenciará su uso, y permitirá que más productores adopten esta tecnología, contribuyendo al desarrollo sostenible del sector agrícola en Argentina.
El jueves, en el aeroclub de Yerba Buena, Kampu SRL, una joven empresa enfocada en la agricultura de precisión, presentó el nuevo DJI Agras T100, definido como el drone más preciso, más seguro y más eficiente. El evento convocó a 200 productores, técnicos, asesores y prestadores de servicio, que pudieron conocer sus caracterices y verlo en acción.
El T100 cuenta con sistemas de seguridad de última tecnología y mayor potencia; puede duplicar la superficie de modelos anteriores, ya que trabajar más de cinco hectáreas en 10 minutos -en una jornada completa supera las 200 hectáreas-. De ese modo, se convierte en una herramienta muy versátil para el agro.
Kampu SRL prevé la firma de un convenio de cooperación con la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) para realizar ensayos de aplicación de fitosanitarios con drones. Si bien aún el calendario se está programando, ya se dictaron capacitaciones en diferentes áreas de esta institución de investigación.